Hiller: "Toda política pública tiene una perspectiva de género, por acción u omisión"
Con un panorama nacional complejo y el desafío de continuar trabajando en pos de la igualdad de género, el pasado 11 de diciembre asumió la nueva titular de la Secretaría de la Mujer, Género, Juventud y Diversidad de la Municipalidad de Comodoro Rivadavia. Renata Hiller es politóloga (UBA) e investigadora (CONICET) con experiencia en la función pública -estuvo al frente de la ANSES en Comodoro-. Desde su lugar académico, ha estudiado el rol de las mujeres en la industria petrolera.
En entrevista con El Extremo Sur, la flamante secretaria enfatizó sus prioridades en materia de género: transversalización, territorialización y transformación. "No creo que las secretarías de Género, Diversidad y Juventud tengan como misión ponerle curitas al patriarcado. Nuestra tarea como Estado es intentar transformar esas relaciones de género", remarcó.
También analizó el escenario nacional y se refirió a un voto hacia Milei condicionado por el género -más que por diferencias etarias o de clase social- y un "proceso fuerte de posible desmembramiento de los lazos sociales".
"Los límites y alcances de una Secretaría a nivel municipal son acotados, pero no dejo de pensar que desde acá podemos revertir, de alguna manera, esa tendencia inercial", adelantó.
Aunque todavía es pronto para definiciones más concretas, ¿qué ejes te interesa trabajar, que consideres prioritarios, en relación a las violencias y las desigualdades de género en Comodoro?
Lo primero es que, para mí, la agenda de la violencia es una de las cuestiones que esta Secretaría tiene que abordar, quizás la más urgente, no sé si la prioritaria. Quiero decir que la incorporación de una perspectiva de género en el Estado puede asumir muchas formas. En general, cuando uno recorre la historia, se encuentra con que lo primero que se han generado son áreas específicas, Direcciones de la mujer, de diversidad, después secretarías, es también un poco el derrotero de esta ciudad, pero el desafío tiene que ver con poder transversalizar la perspectiva de género en todo el gabinete. Poder compartir con compañeros secretarios y secretarias para que puedan comprender que toda política pública tiene una perspectiva de género, por acción o por omisión. La segunda idea tiene que ver con territorializar nuestro trabajo, algo que va a ser imprescindible en el contexto nacional. En general las áreas vinculadas al género han tenido fuerte articulación con los movimientos sociales porque nacen como una demanda de ellos. Esta secretaria tiene eso como punto de partida, tiene activistas en su gabinete, pero yo creo que es algo que hay que profundizar, la articulación con las organizaciones de la sociedad civil. Me parece que lo que nos estamos encontrando y nos vamos a encontrar es un proceso fuerte de posible desmembramiento de los lazos sociales, también así explico el voto a Milei, cierta pérdida de las identidades colectivas que nos podían agrupar, sea como trabajadores, desocupados, mujeres, jóvenes. Esa pérdida sumada a la frustración, a la situación económica, dio como resultado ese resultado electoral. Una de las tareas del Estado va a ser contrarrestar ese proceso, y de esta secretaria creo que va a ser parte de la tarea. Trabajar con los actores sociales que están efectivamente en el territorio, organizaciones sociales, vecinales, centros de jubilados, sindicatos, organizaciones espontáneas, vecinas y vecinos que están preocupados por dar respuesta a sus necesidades. La tercera parte que no quiero dejar de tener en el horizonte tiene que ver con la transformación. La frase no es feliz pero es representativa: no creo que las secretarias de Género, Diversidad y Juventud tengan como misión ponerle curitas al patriarcado, nosotros desde el Estado no estamos para salir a palear las consecuencias indeseadas de un sistema sexo genérico injusto, violento y hostil. Nuestra tarea como Estado es intentar transformar esas relaciones de género heterosexistas, adultocéntricas.
¿Hay certezas sobre la continuidad de los programas nacionales, como el Acompañar?
Estamos en la incertidumbre, y sobre todo estamos en un momento donde ni siquiera tenemos a quién ir a preguntárselo. Esto siempre ha sucedido, sobre todo, cambian las gestiones, sobre todo cuando cambia el signo político, cuando hay reordenamientos de gabinetes. Cuando ganó Macri el Ministerio de Salud pasó a ser Secretaría, pero te encontrabas con que más o menos los interlocutores seguían siendo los mismos. Veo que esta gestión viene a proponer el armado de una nueva reforma del Estado, de la administración pública, que no es simplemente de jerarquizas, parece que están pensando en una reforma más integral. ¿El Ministerio de las Mujeres, por ejemplo, va a quedar subsumido dentro de ese Ministerio de Capital Humano o no? ¿O va a redistribuirse, licuarse, desaparecer? La gente que estaba trabajando, ¿cuál va a ser su continuidad, son funcionarios de carrera, no van a ser considerados como tales? Son un montón de cuestiones las que nos preguntamos.
¿Serán obligaciones que eventualmente podrían asumir los municipios o provincias?
Es tranquilizador poder decir que este municipio es muy ordenando. Recibo una secretaría que tiene cuatro años y obviamente, compañeras y compañeros con que me voy conociendo plantean demandas, pero reconocen que en 4 años se generó una estructura, con relación al recurso humano, edilicio, todos los recursos que uno necesita para trabajar y que por suerte están disponibles. Hay programas específicos como el Acompañar, del cual no conocemos su continuidad, y tendremos que, eventualmente, evaluar si desde la gestión municipal se le puede dar continuidad y cómo. Hay muchas cosas para pensar en relación a ese programa en caso de poder darle algún tipo de continuidad. Eso permitió que muchas mujeres y diversidades encontraran una primera respuesta estatal, y eso después decantó en que, por ejemplo, muchas de ella continuaron vinculadas a la secretaria, y continúan teniendo ese acompañamiento, que si bien hoy quizás no es el económico, es otro acompañamiento que también permite salir de la situación de violencia y sostenerse en esa decisión de no revincularse con esa relación.
¿Cómo analizás la situación de mujeres y diversidades en los próximos años, considerando que son la mayoría de las y los beneficiarios de programas estatales, bonos y ayudas para contrarrestar la crisis económica? Y también a quiénes más impacta la crisis.
Si tengo que pensar inercialmente, si no hacemos nada, pienso que vamos a estar mucho peor. Quiere decir que ya estamos mal. Ahora el presidente puede cuestionar si existen las brechas salariales, o sea uno tiene que volver a decir lo obvio: la brecha salarial existe. De hecho, el reciente premio Nobel de Economía (Claudia Goldin) es Premio Nobel por seguir demostrando cómo funcionan las brechas salariales. Si no hacemos nada, la situación va a ser muy crítica, va a aumentar la pobreza y nosotros sabemos que la pobreza está feminizada. Cuando decimos que hay más pobres, decimos que hay más mujeres y niñxs y adolescentes pobres. Otro tanto para quienes se apartan de la heterosexualidad obligatoria, para quienes se apartan de cualquier patrón hegemónico. Para todxs va a ser mucho más complejo, sobre todo porque esta gestión parte de un presupuesto en donde entiende que todos salimos de la misma línea de partida, y eso no es así. Si lo que va a haber es un libre juego de competencia como sucede en el mercado, vamos a estar peor. Uno necesita políticas activas para contrarrestar esos procesos inerciales que, si no, invisiblemente tiene el mercado. Eso en el plano más económico.
¿Y en la dimensión más social?
También me preocupa mucho en el plano de lo social, me preocupa la habilitación de una "pedagogía de la crueldad", en palabras de Rita Segato, en donde los umbrales de violencia social, parece que se hubieran corrido bastante. Son procesos muy recientes, si hace muy pocos años los varones, por ejemplo, comenzaron a entender que no estaba bueno que te digan cosas por la calle, la verdad que ahora pareciera que vuelve a habilitarse cualquier barbaridad. Cuando se habilita la violencia verbal desde el Estado, eso después a nivel social también se multiplica. Y en este sentido creo que los varones también la van a pasar peor. Hay un fuerte componente de género en los resultados electorales, hay un voto, dicen algunas de este machito asustado por perder sus privilegios, cansado de ver feministas en las calles, sintiéndose amenazado orientó su voto hacia la propuesta más falocéntrica, con esto de la motosierra. Y para mí no es una cuestión de varones o mujeres, porque después la escucho a Villaroel o a Lemoine y me espanto de la misma manera porque nadie dice que las mujeres son todas feministas. Pero justamente por eso, yo creo que también los varones van a estar mucho más exigidos en su masculinidad. Si en los últimos años muchos estaban haciendo realmente el esfuerzo por transformarse, cuestionarse, en la pandemia entendieron que los cuidados no eran poco trabajo. Y reconocieron el laburo de sus madres, de sus parejas. Quieren cuidar, quieren tener más días de licencia por paternidad, si venía habiendo un proceso en este sentido, pareciera que vamos a retroceder todxs en ese camino. Si no hacemos algo al respecto. Inercialmente vamos para ese lado, pero lo digo sentada desde la secretaría. Los límites y alcances de una Secretaría a nivel municipal son acotados, pero no dejo de pensar que desde acá podemos revertir, de alguna manera, esa tendencia inercial.
Estamos en un momento, de cierta forma, paradójico, en el que ha aumentado la participación de los movimientos de mujeres y diversidades, y a la vez, el avance de la derecha, ¿coincidís con la interpretación del voto a Milei como un voto reaccionario contra los feminismos?
No lo tenemos estudiado acá. Sí entiendo que, en el voto a Milei, sociológicamente, la tendencia más marcada es la tendencia de género, no la etaria. En la elección presidencial no hubo tampoco un marcador territorial, por ejemplo, como sucedió con el macrismo que la Patagonia siguió votando al peronismo. Macri ganó porque ganó en Córdoba, Buenos Aires y distritos grandes. Hoy uno ve el mapa de la Argentina y está todo marcado violeta, excepto provincia de Buenos Aires y algunas provincias del norte, Santiago Del Estero, Formosa. No es un voto marcado territorialmente. Tampoco por la clase social, se lleva votantes de clases medias, altas y bajas, sobre todo en el ballotage. Tampoco por lo etario, tiene muchos votantes entre lxs adultes y también adultxs mayores, votantes de Bullrich que se inclinaron por la opción de Milei en ballotage. El clivaje genérico si está. Y hasta ahí de Argentina, también se da un proceso a nivel mundial, de alianzas de esas derechas neoliberales que acusan un intervencionismo estatal en pos de la ideología de género. Esa alianza antifeminista, liberal, neoconservadora diría yo, también hay palabras que no estoy dispuesta a renunciar, para mi la libertad, la palabra, es valiosísima, lo que estos tipos son es neoconservadores.
¿Ha descendido el nivel de movilización feminista en Comodoro? Visiblemente hay menos cantidad de gente en algunas convocatorias, aunque hay otro tipo de activismos que permanencen.
Las mecánicas de movilización, y sobre todo en movimiento feminista y LGTQ+ son muy diversas. Hay mucho activismo en redes, pero activismos que no son ni siquiera presenciales. El socorrismo, por ejemplo, acompañando mujeres y otras personas gestantes que quieren interrumpir un embarazo, ahí hay un modo de activación y militancia muy invisible. Hoy no con despenalización, pero en su momento, lesbianas y feministas por la despenalización del aborto debía tener un trabajo bastante por debajo, no podían cantar a los cuatro vientos que acompañan a interrumpir embarazos. Tenes agrupamientos muy variados, hace poco se dio el cierre de Dirección de Diversidad, un encuentro hermoso. Te encontrás con identidades políticas variadas, en Comodoro funciona Familias Diversas, que se movilizan en pos de trabajar mejor la cuestión de diversidad al interior de sus familias. La creatividad es constante. La movilización callejera definitivamente no es la única manera. Después te encontrñas con situaciones donde esa movilización estalla y profiera, y te encontrás con situaciones como el Encuentro de Mujeres, y decís, ¿de donde salió toda esta gente? Y estaba en sindicatos, partidos, en distintas formas de activación feminista que no necesariamente tiene que ser la marcha feminista. Creo que las formas de resistencia que eventualmente se puedan llegar a dar no van a ser exclusivamente las formas de la movilización callejera, no nos frustremos si ante la convocatoria a una movilización nos encontramos con que somos pocxs.
¿Será necesario revisar alguna de esas formas de participación callejera, ahora que Patricia Bullrich anunció un nuevo protocolo contra la movilización social?
Sí va a ser importante reformular algo de esas formas de movilización en pos de garantizar los cuidados. Uno escucha lo que está poniendo en marcha Patricia Bullrich y básicamente está preparando un ministerio que está orientándose a ver cómo va a hacer para reprimir más eficientemente la protesta social. Esto me preocupa. La movilización de los últimos años del movimiento feminista, si bien estaban los sindicatos, centrales obreras y otras formas de agrupamiento, también eran movilizaciones que tenían cierto grado de espontaneísmo en el público asistente. Quizás en las próximas movilizaciones tengamos que pensar un poco más en cosas a las que estábamos acostumbrados algunos, cómo armamos un cordón de seguridad, cómo garantizamos saber que todxs pueden llegar a su casa, cómo pensamos la concentración, la desconcentración, cosas que quizás en los últimos años no hacía falta pensar, ahora vamos a tener que tenerlo más en cuenta.
Teniendo en cuenta la matriz petrolera y la lenta incorporación de mujeres a la industria, ¿debatir y trabajar sobre la brecha de género será también un desafío en el corto plazo? ¿cómo lo ves a nivel local?
Las mujeres no tienen las mismas oportunidades. También viendo el panorama del sector, uno puede pensar que, periódicamente la industria petrolera, absorbe mano de obra y progresivamente la va reemplazando. Es muy probable que los próximos años sean años de no renovación de esa mano de obra y que no venga necesariamente con la incorporación de nueva gente. Con momentos de crisis como 2016-2017 uno podía asumir que había una x cantidad de varones jóvenes entre 18 y 25 años que anualmente eran incorporados a la industria petrolera. Eso no va a pasar en los próximos años, probablemente, y sí vamos a tener además una fuerte propulsión por parte de las empresas a descartar, sacarse de encima mano de obra que ya no le resulte interesante, lo que habitualmente se conoce en la industria como los viejos, así que para los varones ese panorama va a ser complejo. Vamos a encontrarnos con que van a aumentar las tasas de desocupación, y que además van a aumentar no en esos varones que se quedan sin trabajo, de 55, 60, que se queda sin trabajo, no va a ser demandante de empleo, a lo sumo se convertirá en una persona que haga algunas changas eventuales, pero la que va a salir a buscar trabajo de manera activa, que eso quede reflejado en la encuesta permanente de hogares como el que no trabaja y busca activamente, van a ser las mujeres. Eso es lo que pasó en los '90, algo de eso nos vamos a encontrar. ¿Qué podemos hacer? Pensar cuales son hoy aquellas áreas, sectores que podrían ser demandantes de ese tipo de mano de obra, de esos jóvenes que no van a entrar en la industria petrolera, de esas mujeres que van a buscar trabajo, e incluso de esos varones adultos pero no adultos mayores para jubilarse. Soy una convencida de que lo que llamamos el mundo de la economía del cuidado, desde el feminismo, es un mundo que todavía no terminamos de explorar. Me refiero a las necesidades de cuidado que existen en esta ciudad hacia niños, niñas, adolescentes, adultos mayores, personas con discapacidad, hacia generar una infraestructura de cuidados que permita que todas estas poblaciones puedan transitar por la ciudad con las mismas condiciones que podamos transitar lxs adultxs que no vivimos con discapacidad. Ahí se abre una puerta a que pensemos proyectos. Se pueden generar desde articulaciones público-privadas. Creo que ahí hay un montón de oportunidades si dejamos de tener una mirada centrada en el mundo del trabajo tal y como se la entiende desde la mirada más hegemónica.
Con un panorama nacional complejo y el desafío de continuar trabajando en pos de la igualdad de género, el pasado 11 de diciembre asumió la nueva titular de la Secretaría de la Mujer, Género, Juventud y Diversidad de la Municipalidad de Comodoro Rivadavia. Renata Hiller es politóloga (UBA) e investigadora (CONICET) con experiencia en la función pública -estuvo al frente de la ANSES en Comodoro-. Desde su lugar académico, ha estudiado el rol de las mujeres en la industria petrolera.
En entrevista con El Extremo Sur, la flamante secretaria enfatizó sus prioridades en materia de género: transversalización, territorialización y transformación. "No creo que las secretarías de Género, Diversidad y Juventud tengan como misión ponerle curitas al patriarcado. Nuestra tarea como Estado es intentar transformar esas relaciones de género", remarcó.
También analizó el escenario nacional y se refirió a un voto hacia Milei condicionado por el género -más que por diferencias etarias o de clase social- y un "proceso fuerte de posible desmembramiento de los lazos sociales".
"Los límites y alcances de una Secretaría a nivel municipal son acotados, pero no dejo de pensar que desde acá podemos revertir, de alguna manera, esa tendencia inercial", adelantó.
Aunque todavía es pronto para definiciones más concretas, ¿qué ejes te interesa trabajar, que consideres prioritarios, en relación a las violencias y las desigualdades de género en Comodoro?
Lo primero es que, para mí, la agenda de la violencia es una de las cuestiones que esta Secretaría tiene que abordar, quizás la más urgente, no sé si la prioritaria. Quiero decir que la incorporación de una perspectiva de género en el Estado puede asumir muchas formas. En general, cuando uno recorre la historia, se encuentra con que lo primero que se han generado son áreas específicas, Direcciones de la mujer, de diversidad, después secretarías, es también un poco el derrotero de esta ciudad, pero el desafío tiene que ver con poder transversalizar la perspectiva de género en todo el gabinete. Poder compartir con compañeros secretarios y secretarias para que puedan comprender que toda política pública tiene una perspectiva de género, por acción o por omisión. La segunda idea tiene que ver con territorializar nuestro trabajo, algo que va a ser imprescindible en el contexto nacional. En general las áreas vinculadas al género han tenido fuerte articulación con los movimientos sociales porque nacen como una demanda de ellos. Esta secretaria tiene eso como punto de partida, tiene activistas en su gabinete, pero yo creo que es algo que hay que profundizar, la articulación con las organizaciones de la sociedad civil. Me parece que lo que nos estamos encontrando y nos vamos a encontrar es un proceso fuerte de posible desmembramiento de los lazos sociales, también así explico el voto a Milei, cierta pérdida de las identidades colectivas que nos podían agrupar, sea como trabajadores, desocupados, mujeres, jóvenes. Esa pérdida sumada a la frustración, a la situación económica, dio como resultado ese resultado electoral. Una de las tareas del Estado va a ser contrarrestar ese proceso, y de esta secretaria creo que va a ser parte de la tarea. Trabajar con los actores sociales que están efectivamente en el territorio, organizaciones sociales, vecinales, centros de jubilados, sindicatos, organizaciones espontáneas, vecinas y vecinos que están preocupados por dar respuesta a sus necesidades. La tercera parte que no quiero dejar de tener en el horizonte tiene que ver con la transformación. La frase no es feliz pero es representativa: no creo que las secretarias de Género, Diversidad y Juventud tengan como misión ponerle curitas al patriarcado, nosotros desde el Estado no estamos para salir a palear las consecuencias indeseadas de un sistema sexo genérico injusto, violento y hostil. Nuestra tarea como Estado es intentar transformar esas relaciones de género heterosexistas, adultocéntricas.
¿Hay certezas sobre la continuidad de los programas nacionales, como el Acompañar?
Estamos en la incertidumbre, y sobre todo estamos en un momento donde ni siquiera tenemos a quién ir a preguntárselo. Esto siempre ha sucedido, sobre todo, cambian las gestiones, sobre todo cuando cambia el signo político, cuando hay reordenamientos de gabinetes. Cuando ganó Macri el Ministerio de Salud pasó a ser Secretaría, pero te encontrabas con que más o menos los interlocutores seguían siendo los mismos. Veo que esta gestión viene a proponer el armado de una nueva reforma del Estado, de la administración pública, que no es simplemente de jerarquizas, parece que están pensando en una reforma más integral. ¿El Ministerio de las Mujeres, por ejemplo, va a quedar subsumido dentro de ese Ministerio de Capital Humano o no? ¿O va a redistribuirse, licuarse, desaparecer? La gente que estaba trabajando, ¿cuál va a ser su continuidad, son funcionarios de carrera, no van a ser considerados como tales? Son un montón de cuestiones las que nos preguntamos.
¿Serán obligaciones que eventualmente podrían asumir los municipios o provincias?
Es tranquilizador poder decir que este municipio es muy ordenando. Recibo una secretaría que tiene cuatro años y obviamente, compañeras y compañeros con que me voy conociendo plantean demandas, pero reconocen que en 4 años se generó una estructura, con relación al recurso humano, edilicio, todos los recursos que uno necesita para trabajar y que por suerte están disponibles. Hay programas específicos como el Acompañar, del cual no conocemos su continuidad, y tendremos que, eventualmente, evaluar si desde la gestión municipal se le puede dar continuidad y cómo. Hay muchas cosas para pensar en relación a ese programa en caso de poder darle algún tipo de continuidad. Eso permitió que muchas mujeres y diversidades encontraran una primera respuesta estatal, y eso después decantó en que, por ejemplo, muchas de ella continuaron vinculadas a la secretaria, y continúan teniendo ese acompañamiento, que si bien hoy quizás no es el económico, es otro acompañamiento que también permite salir de la situación de violencia y sostenerse en esa decisión de no revincularse con esa relación.
¿Cómo analizás la situación de mujeres y diversidades en los próximos años, considerando que son la mayoría de las y los beneficiarios de programas estatales, bonos y ayudas para contrarrestar la crisis económica? Y también a quiénes más impacta la crisis.
Si tengo que pensar inercialmente, si no hacemos nada, pienso que vamos a estar mucho peor. Quiere decir que ya estamos mal. Ahora el presidente puede cuestionar si existen las brechas salariales, o sea uno tiene que volver a decir lo obvio: la brecha salarial existe. De hecho, el reciente premio Nobel de Economía (Claudia Goldin) es Premio Nobel por seguir demostrando cómo funcionan las brechas salariales. Si no hacemos nada, la situación va a ser muy crítica, va a aumentar la pobreza y nosotros sabemos que la pobreza está feminizada. Cuando decimos que hay más pobres, decimos que hay más mujeres y niñxs y adolescentes pobres. Otro tanto para quienes se apartan de la heterosexualidad obligatoria, para quienes se apartan de cualquier patrón hegemónico. Para todxs va a ser mucho más complejo, sobre todo porque esta gestión parte de un presupuesto en donde entiende que todos salimos de la misma línea de partida, y eso no es así. Si lo que va a haber es un libre juego de competencia como sucede en el mercado, vamos a estar peor. Uno necesita políticas activas para contrarrestar esos procesos inerciales que, si no, invisiblemente tiene el mercado. Eso en el plano más económico.
¿Y en la dimensión más social?
También me preocupa mucho en el plano de lo social, me preocupa la habilitación de una "pedagogía de la crueldad", en palabras de Rita Segato, en donde los umbrales de violencia social, parece que se hubieran corrido bastante. Son procesos muy recientes, si hace muy pocos años los varones, por ejemplo, comenzaron a entender que no estaba bueno que te digan cosas por la calle, la verdad que ahora pareciera que vuelve a habilitarse cualquier barbaridad. Cuando se habilita la violencia verbal desde el Estado, eso después a nivel social también se multiplica. Y en este sentido creo que los varones también la van a pasar peor. Hay un fuerte componente de género en los resultados electorales, hay un voto, dicen algunas de este machito asustado por perder sus privilegios, cansado de ver feministas en las calles, sintiéndose amenazado orientó su voto hacia la propuesta más falocéntrica, con esto de la motosierra. Y para mí no es una cuestión de varones o mujeres, porque después la escucho a Villaroel o a Lemoine y me espanto de la misma manera porque nadie dice que las mujeres son todas feministas. Pero justamente por eso, yo creo que también los varones van a estar mucho más exigidos en su masculinidad. Si en los últimos años muchos estaban haciendo realmente el esfuerzo por transformarse, cuestionarse, en la pandemia entendieron que los cuidados no eran poco trabajo. Y reconocieron el laburo de sus madres, de sus parejas. Quieren cuidar, quieren tener más días de licencia por paternidad, si venía habiendo un proceso en este sentido, pareciera que vamos a retroceder todxs en ese camino. Si no hacemos algo al respecto. Inercialmente vamos para ese lado, pero lo digo sentada desde la secretaría. Los límites y alcances de una Secretaría a nivel municipal son acotados, pero no dejo de pensar que desde acá podemos revertir, de alguna manera, esa tendencia inercial.
Estamos en un momento, de cierta forma, paradójico, en el que ha aumentado la participación de los movimientos de mujeres y diversidades, y a la vez, el avance de la derecha, ¿coincidís con la interpretación del voto a Milei como un voto reaccionario contra los feminismos?
No lo tenemos estudiado acá. Sí entiendo que, en el voto a Milei, sociológicamente, la tendencia más marcada es la tendencia de género, no la etaria. En la elección presidencial no hubo tampoco un marcador territorial, por ejemplo, como sucedió con el macrismo que la Patagonia siguió votando al peronismo. Macri ganó porque ganó en Córdoba, Buenos Aires y distritos grandes. Hoy uno ve el mapa de la Argentina y está todo marcado violeta, excepto provincia de Buenos Aires y algunas provincias del norte, Santiago Del Estero, Formosa. No es un voto marcado territorialmente. Tampoco por la clase social, se lleva votantes de clases medias, altas y bajas, sobre todo en el ballotage. Tampoco por lo etario, tiene muchos votantes entre lxs adultes y también adultxs mayores, votantes de Bullrich que se inclinaron por la opción de Milei en ballotage. El clivaje genérico si está. Y hasta ahí de Argentina, también se da un proceso a nivel mundial, de alianzas de esas derechas neoliberales que acusan un intervencionismo estatal en pos de la ideología de género. Esa alianza antifeminista, liberal, neoconservadora diría yo, también hay palabras que no estoy dispuesta a renunciar, para mi la libertad, la palabra, es valiosísima, lo que estos tipos son es neoconservadores.
¿Ha descendido el nivel de movilización feminista en Comodoro? Visiblemente hay menos cantidad de gente en algunas convocatorias, aunque hay otro tipo de activismos que permanencen.
Las mecánicas de movilización, y sobre todo en movimiento feminista y LGTQ+ son muy diversas. Hay mucho activismo en redes, pero activismos que no son ni siquiera presenciales. El socorrismo, por ejemplo, acompañando mujeres y otras personas gestantes que quieren interrumpir un embarazo, ahí hay un modo de activación y militancia muy invisible. Hoy no con despenalización, pero en su momento, lesbianas y feministas por la despenalización del aborto debía tener un trabajo bastante por debajo, no podían cantar a los cuatro vientos que acompañan a interrumpir embarazos. Tenes agrupamientos muy variados, hace poco se dio el cierre de Dirección de Diversidad, un encuentro hermoso. Te encontrás con identidades políticas variadas, en Comodoro funciona Familias Diversas, que se movilizan en pos de trabajar mejor la cuestión de diversidad al interior de sus familias. La creatividad es constante. La movilización callejera definitivamente no es la única manera. Después te encontrñas con situaciones donde esa movilización estalla y profiera, y te encontrás con situaciones como el Encuentro de Mujeres, y decís, ¿de donde salió toda esta gente? Y estaba en sindicatos, partidos, en distintas formas de activación feminista que no necesariamente tiene que ser la marcha feminista. Creo que las formas de resistencia que eventualmente se puedan llegar a dar no van a ser exclusivamente las formas de la movilización callejera, no nos frustremos si ante la convocatoria a una movilización nos encontramos con que somos pocxs.
¿Será necesario revisar alguna de esas formas de participación callejera, ahora que Patricia Bullrich anunció un nuevo protocolo contra la movilización social?
Sí va a ser importante reformular algo de esas formas de movilización en pos de garantizar los cuidados. Uno escucha lo que está poniendo en marcha Patricia Bullrich y básicamente está preparando un ministerio que está orientándose a ver cómo va a hacer para reprimir más eficientemente la protesta social. Esto me preocupa. La movilización de los últimos años del movimiento feminista, si bien estaban los sindicatos, centrales obreras y otras formas de agrupamiento, también eran movilizaciones que tenían cierto grado de espontaneísmo en el público asistente. Quizás en las próximas movilizaciones tengamos que pensar un poco más en cosas a las que estábamos acostumbrados algunos, cómo armamos un cordón de seguridad, cómo garantizamos saber que todxs pueden llegar a su casa, cómo pensamos la concentración, la desconcentración, cosas que quizás en los últimos años no hacía falta pensar, ahora vamos a tener que tenerlo más en cuenta.
Teniendo en cuenta la matriz petrolera y la lenta incorporación de mujeres a la industria, ¿debatir y trabajar sobre la brecha de género será también un desafío en el corto plazo? ¿cómo lo ves a nivel local?
Las mujeres no tienen las mismas oportunidades. También viendo el panorama del sector, uno puede pensar que, periódicamente la industria petrolera, absorbe mano de obra y progresivamente la va reemplazando. Es muy probable que los próximos años sean años de no renovación de esa mano de obra y que no venga necesariamente con la incorporación de nueva gente. Con momentos de crisis como 2016-2017 uno podía asumir que había una x cantidad de varones jóvenes entre 18 y 25 años que anualmente eran incorporados a la industria petrolera. Eso no va a pasar en los próximos años, probablemente, y sí vamos a tener además una fuerte propulsión por parte de las empresas a descartar, sacarse de encima mano de obra que ya no le resulte interesante, lo que habitualmente se conoce en la industria como los viejos, así que para los varones ese panorama va a ser complejo. Vamos a encontrarnos con que van a aumentar las tasas de desocupación, y que además van a aumentar no en esos varones que se quedan sin trabajo, de 55, 60, que se queda sin trabajo, no va a ser demandante de empleo, a lo sumo se convertirá en una persona que haga algunas changas eventuales, pero la que va a salir a buscar trabajo de manera activa, que eso quede reflejado en la encuesta permanente de hogares como el que no trabaja y busca activamente, van a ser las mujeres. Eso es lo que pasó en los '90, algo de eso nos vamos a encontrar. ¿Qué podemos hacer? Pensar cuales son hoy aquellas áreas, sectores que podrían ser demandantes de ese tipo de mano de obra, de esos jóvenes que no van a entrar en la industria petrolera, de esas mujeres que van a buscar trabajo, e incluso de esos varones adultos pero no adultos mayores para jubilarse. Soy una convencida de que lo que llamamos el mundo de la economía del cuidado, desde el feminismo, es un mundo que todavía no terminamos de explorar. Me refiero a las necesidades de cuidado que existen en esta ciudad hacia niños, niñas, adolescentes, adultos mayores, personas con discapacidad, hacia generar una infraestructura de cuidados que permita que todas estas poblaciones puedan transitar por la ciudad con las mismas condiciones que podamos transitar lxs adultxs que no vivimos con discapacidad. Ahí se abre una puerta a que pensemos proyectos. Se pueden generar desde articulaciones público-privadas. Creo que ahí hay un montón de oportunidades si dejamos de tener una mirada centrada en el mundo del trabajo tal y como se la entiende desde la mirada más hegemónica.